miércoles, 26 de febrero de 2014

Her: Los amores modernos de Spike Jonze


Una realidad que nos parece desconocida pero que al mismo tiempo nos resulta cercana, es la que crea Spike Jonze en Her, una película que en principio resulta ciencia ficción, pero que es romance, comedia y drama. El recorrido de esta cinta habla de Theodore Twombly -personaje interpretado por Joaquin Phoenix- un hombre en sus 30 y tantos que se dedica a escribir cartas para otras personas y que atraviesa un divorcio que se niega a concretar.

Camina solitario y por momentos perdido es sus pensamientos, de los que no estamos claros, y solo nos atrevemos a conjeturar sobre los rastros que nos deja jugando videojuegos en su apartamento grande con vista a la ciudad.

La escenografía y decorado está estupendamente logrado, con un mobiliario en el que predomina siempre un punto rojizo o anaranjado que le da un toque vintage a aparatos avanzados que nos hacen pensar en un futuro no muy lejano.

La tecnología se hace sentir desde la primera escena en la que Theodore redacta una carta de aniversario. Un dictado que se traduce a un sistema de escritura "a mano" en computadora.

Joaquin Phoenix con sus ojos azules y bigotes setentosos mira y se inspira en sentimientos que parece guardar como tesoros entrañables. Su sensibilidad expone una interpretación que esperábamos del actor que hizo de Jhonny Cash y que nos desagradó casi al punto de asquearnos en The Master.

Theodore se ve atraído hacia un nuevo sistema operativo que promete contacto con alguien que piensa, siente y responde como humano. Así llega a escena Samantha -voz que realiza la sensual Scarlett Johansson- un programa gracioso e inteligente que comienza a tejer una relación con el protagonista. Juntos cuestionan las posibilidades de humanos y programas, los sentimientos, fortalezas y debilidades de cada uno. La rareza de tener un cuerpo, además de la capacidad de pensar y analizar.

Se trata de una historia de amor que a pesar de no materializarse en el encuentro de dos cuerpos se hace real a través de las emociones de un hombre que se enamora de un imposible. Ambos personajes se transforman a lo largo de la película.

La evolución es una cosa maravillosa y desgarradora, en el camino la ternura y la sensibilidad de su banda sonora -Arcade Fire en su mayoría- es el lienzo en el que el ingenio de Jonze se despliega, galante con frases inteligentes que nos hacen cuestionarnos sobre las relaciones que establecemos y las que dejamos de un lado por preferir otros mecanismos.

Amy Adams acompaña en la aventura, siempre un punto a favor, como Amy, la amiga, vecina y ex pareja de Theodore. Rooney Mara es Catherine, la esposa que por un momento el personaje principal se niega a dejar ir.

En conclusión, para entender esta película y empezar a dejarse llevar por ella hay que escuchar The Moon Song, compuesta por Karen O -vocalista de Yeah, Yeah, Yeahs- y que en la cinta se materializa como una fotografía de la relación entre Theodore y Samantha. Vale la pena hacerlo.

Su guión podría cosechar el visto bueno de la Academia, ya lo hizo por parte de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, al concederle el Globo de Oro.

Una de las producciones más originales y hermosas de los últimos años.

Nominaciones a los Oscar:

Mejor Película
Mejor Dirección de Arte
Mejor Banda Sonora: William Butler y Owen Pallet
Mejor Canción Original: The Moon Song
Mejor Guión Original: Spike Jonze


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